Soy Jessica Oceguera, una mujer mexiquense que ha tenido que reconstruirse más de una vez. Mi historia no es lineal ni está hecha de triunfos perfectos. Está hecha de desafíos, aprendizajes, momentos que me rompieron y otros que me obligaron a levantarme con una fuerza que no sabía que tenía.
He trabajado durante años acompañando a mujeres, emprendedoras y comunidades que buscan oportunidades reales para crecer. A través de este recorrido descubrí que el liderazgo no se trata solo de guiar; también se trata de escuchar, sostener, aprender y aceptar que pedir ayuda también es una forma de fortaleza.
Mi labor en Mujeres Transformando a México, una asociación que presido con profundo compromiso, me ha permitido ver el impacto que puede tener una mujer cuando decide tomar las riendas de su vida y construir independencia económica. He visto historias que inspiran, procesos difíciles y transformaciones que dejan huella. Cada una de esas mujeres me ha enseñado algo que llevo conmigo.
A lo largo de mi propio camino también he enfrentado momentos complicados. Viví experiencias que pusieron a prueba mi reputación, mi confianza y mi estabilidad. No lo callo ni lo escondo: esos episodios marcaron mi vida y me llevaron a trabajar con más fuerza en temas como la protección de la dignidad, la privacidad y el daño moral. Sé lo que significa ser señalada injustamente, y también sé lo que significa levantarse con claridad para defender el nombre propio.
Por eso comparto lo que he aprendido. Porque sé que muchas veces necesitamos escuchar que no estamos solas, que es válido pedir apoyo y que todas podemos volver a empezar, sin importar cuántas veces haya que hacerlo.
En este espacio encontrarás reflexiones, recursos y aprendizajes que he reunido en mi recorrido personal y profesional. Todo forma parte de mi visión: que cada mujer pueda decidir su camino con libertad, independencia y acompañamiento.
Si deseas escribir, compartir tu historia o necesitas orientación, estoy aquí para escucharte.
Puedes contactarme en: [email protected]
Con cariño,
Jessica Oceguera